domingo, 13 de enero de 2013

¿El principio del fin de la crisis? Los mercados ya compran España, Grecia y Portugal

Aunque cueste creerlo, algo está cambiado en el mercado de deuda. La rentabilidad del bono griego marca su nivel más bajo desde la aprobación del segundo rescate, la del portugués cae un 50% desde sus máximos anuales del 30 de enero y la española se mantiene estable al margen de todo lo que se pueda decir del país.

Con este escenario, no es de extrañar que los países se vuelvan a animar a buscar más financiación en los mercados y los inversores miren con mejores ojos a la deuda europea y, en especial, la periférica. Así, este martes Grecia vuelve con una emisión de 1.250 millones de euros en letras a tres meses, España venderá hasta un máximo de 4.500 millones de euros con vencimientos en 12 y 18 meses, Portugal el miércoles y España y Francia, de nuevo, con bonos a plazos más largos el jueves.

Y es que los expertos empiezan a ver el principio del fin de una crisis de deuda que dura ya casi tres años y que ha vivido su momento más crítico hace tan sólo tres meses, cuando la amenaza de un colapso de España amenazaba con hacer saltar por los aires a toda Europa. “El punto de inflexión fue cuando Draghi dijo que el euro era irreversible”, asegura Alberto Matellán, director del departamento de Estrategia y Análisis de Inverseguros. “Y la situación no se torcerá, en tanto que esta tendencia de que el camino es la unión no cambie”.

De esta manera, en las últimas semanas hemos visto noticias negativas sobre España, desde bajada de previsiones del Fondo Monetario Internacional, recorte de rating, Presupuestos cuestionables, test de estrés de los bancos que se han puesto en entredicho, amenazas independentistas, rescates de Comunidades Autónomas... que el mercado ha ignorado. “Antes vivíamos una tendencia negativa con saltos positivos y ahora estamos viendo una tendencia positiva con saltos negativos”, explica Matellán que defiende que de aquí en adelante lo que se pueden vivir son sustos puntuales. “En el momento en el que Europa unida afronta la situación, el mercado lo tiene difícil para atacar a países concretos”.
De hecho, hasta Alemania ha cambiado su discurso respecto a Grecia. Sin ir más lejos, este mismo fin de semana, el ministro de finanzas germano, Wolfgang Schaeuble, ha asegurado que Grecia no puede quebrar y advirtió que si Atenas sale de la Eurozona no sólo afectará a toda la región, sino en contra de lo que puedan pensar, a los propios griegos. "Creo que no se producirá la quiebra del Estado en Grecia", ha asegurado el mandatario en Singapur en un encuentro con empresarios.

“Parece que se respira una cierta calma positiva, esperando a que llegue una noticia sólida a la que agarrarse, porque, de momento, todo está sostenido con buenas palabras”, asegura Javier Neiderleytner, profesor de IEB. Y es que una de las claves ha sido el cambio de lenguaje en el BCE, de más académico de Jean Claude Trichet, a Mario Draghi, que dice a las claras a los políticos lo que tienen que hacer. “Estamos viendo que una cosa es lo que hagan los países y otra como afecte a las economías y, en este punto, el mercado ahora prefiere mirar para otro lado”.

No obstante, aunque las bases de la solución de la crisis se han puesto, quedan muchos, demasiados, asuntos en el aire. “Lo que había venido generando toda la expectación fue la Cumbre de junio y la unión bancaria y luego Alemania, Holanda y Finlandia mandaron una carta menoscabando ese acuerdo”, explica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, que entiende que este bypass de los mercados es solo una tregua a la espera de que realmente ocurra algo. “Parece que hay cierto optimismo, pero cuando miras los hechos, esto no es así. Por ejemplo, Grecia, incluso España… son mercados muy estrechos y cuando entran dos hedge funds baja la prima”.

En este sentido, el experto considera que la cumbre del próximo jueves y viernes de esta semana, aunque informal, es muy importante para que salga un acuerdo contundente después de tanto cruce de declaraciones que se ha venido viendo últimamente.

Y es que, a pesar de la reviente inyección de optimismo, lo cierto es que la base de los inversores de bonos no las tienen todas consigo de que la situación pueda volver a descarrilar cuando no se desprenden de la deuda alemana que compraron como refugio. “Esa es la parte del estrechamiento del spread que falta”, aseguran a Cotizalia.com fuentes del mercado.

“El mercado está muy rápido y si hubiera alguna noticia por parte del BCE que pudiera retrasar el programa de compra de bonos en caso de que España pidiera de una vez por todas el rescate, esto actuaría como desencadenante de una espiral”.

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